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Introducción

En el mundo de la psicología, trabajar con niños es un viaje fascinante y gratificante. Cada niño es un universo único de experiencias, emociones y desafíos, y como psicólogas, nuestro papel es guiarlos en el descubrimiento de su mundo interior, proporcionándoles herramientas para navegar por las aguas, a veces turbulentas,  de la infancia y la adolescencia.

 

Desde la psicología, se le brinda a los niños y jóvenes herramientas para su propio conocimiento y manejo de emociones, ayudándoles a manejar los cambios propios de las etapas de crecimiento. Pero, ¿cómo se desarrolla este proceso terapéutico? Déjame llevarte a través de un viaje imaginario a través de las sesiones de terapia con un niño.

 

El Viaje Terapéutico de Alex

Imagina a un niño llamado Alex, que ha estado luchando con sentimientos de ansiedad desde que comenzó la escuela. Sus padres, preocupados por su bienestar emocional, deciden buscar la ayuda de una psicóloga. En la primera sesión, Alex y sus padres son recibidos en un ambiente cálido y acogedor. La psicóloga les explica a todos que el objetivo de la terapia es ayudar a Alex a comprender y manejar sus emociones de una manera saludable.

Durante las siguientes sesiones, la psicóloga utiliza una variedad de técnicas adaptadas a la edad de Alex para ayudarlo a expresar lo que siente. A través del juego, el arte y la conversación, Alex comienza a abrirse gradualmente sobre sus preocupaciones y miedos. La psicóloga lo alienta a identificar sus emociones y a explorar las situaciones que desencadenan su ansiedad.

 

Desarrollando Estrategias Efectivas

A medida que avanza la terapia, la psicóloga trabaja en colaboración con Alex para desarrollar estrategias prácticas para manejar su ansiedad. Pueden practicar técnicas de respiración para calmar su mente inquieta, aprender a desafiar pensamientos negativos y construir una red de apoyo de personas en las que confíe. La psicóloga también trabaja con los padres de Alex, brindándoles orientación y apoyo para ayudar a su hijo en casa.

 

Fortaleciendo el Vínculo y el Empoderamiento

A lo largo del proceso terapéutico, se establece un vínculo de confianza entre Alex y su psicóloga. Se siente seguro y comprendido, sabiendo que tiene un espacio donde puede ser él mismo sin juicios. Con el tiempo, Alex comienza a notar cambios positivos en la forma en que se siente y se comporta. Se siente más seguro de sí mismo, más capaz de enfrentar desafíos y más conectado con sus emociones.

Finalmente, después de varias sesiones, Alex y su psicóloga llegan a un punto en el que sienten que ha alcanzado sus metas terapéuticas. Se despide con una sensación de gratitud y empoderamiento, sabiendo que tiene las herramientas y la fortaleza interior para enfrentar lo que le depare el futuro.

 

Conclusión

En resumen, el trabajo de una psicóloga con niños es un proceso delicado y transformador. A través de la empatía, la creatividad y la colaboración, ayudamos a los niños a descubrir su propio poder interior y a florecer en su camino hacia la salud mental y el bienestar.

 

Sara Villafranca

Psicóloga

Sara Villafranca

Psicóloga