La salud mental de nuestros hijos es un aspecto crucial de su bienestar general. Como padres y cuidadores, tenemos la responsabilidad de crear entornos saludables y acogedores que promuevan un desarrollo mental positivo. En este blog, exploraremos algunas estrategias clave para cuidar la salud mental de nuestros hijos y no caer en los riesgos de la sobreprotección.
Uno de los errores comunes que los padres pueden cometer es la sobreprotección. Aunque es natural querer proteger a nuestros hijos de cualquier dificultad o peligro, esto puede tener consecuencias negativas en su salud mental. La sobreprotección puede asociarse con el desarrollo de la ansiedad en los niños, ya que no se les permite enfrentar y superar desafíos por sí mismos.
«¿Qué sucede cuando decimos cosas como: ‘Déjame hacer esto, es peligroso‘, ‘No salgas, quédate aquí conmigo‘, o ‘Hablaré con el profesor para ver si puedo ayudarte’? En estos momentos, estamos estableciendo un doble vínculo; le estamos comunicando a nuestro hijo que no debe hacer algo debido a su peligro o porque no será capaz de hacerlo. Con el tiempo, esto puede llevar a que él o ella comience a formar la imagen de ‘no soy capaz’ o a percibir la vida como ’ peligrosa’ .
Y ¿todo esto que puede provocar? Aún impulsada por el amor, la protección puede obstaculizar el crecimiento emocional y psicológico de los niños. Algunos de los efectos negativos incluyen:
- La falta de autonomía, cuando los niños están constantemente supervisados y dirigidos, pueden carecer de la oportunidad de tomar decisiones y aprender de sus errores.
- La ansiedad y el miedo al fracaso. La sobreprotección puede generar ansiedad en los niños al hacerlos sentir que el mundo es un lugar peligroso y que no son capaces de enfrentarlo.
- La autoestima y confianza limitadas. Los niños sobreprotegidos pueden dudar de sus habilidades y sentir que no son lo suficientemente competentes para enfrentar desafíos.
¿Qué podemos hacer entonces para ayudar a nuestros hijos?
En lugar de sobreproteger, debemos enfocarnos en fomentar la resiliencia en nuestros hijos. La resiliencia es la capacidad de adaptarse y recuperarse de las adversidades. Para ello, es importante permitir que los niños tomen decisiones acordes con su edad, esto les ayudará a desarrollar habilidades en la toma de decisiones y a ganar confianza en sí mismos. Al igual que aprender de los errores, en lugar de evitar que cometan errores, permitamos cometer errores y aprender de ellos. Los errores son oportunidades de aprendizaje muy valiosas.
Fomentar la independencia, animando a los niños a hacer tareas por sí mismos, como vestirse o preparar su almuerzo. Esto les ayudará a desarrollar habilidades de vida importantes.
Promover la comunicación abierta, creando un ambiente donde los hijos se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y emociones.
Sara Villafranca
Psicóloga