Introducción
La Navidad está llena de luces, sonidos, reuniones y, admitámoslo, un poco de caos. Para algunas personas, eso es el espíritu navideño. Para otras, especialmente aquellas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) o con otros trastornos del neurodesarrollo, puede ser como recibir demasiadas notificaciones en el móvil a la vez: abrumador.
Si tú, tu hijo o alguien cercano está en el espectro o tiene un perfil de neurodesarrollo diferente, no significa que la Navidad tenga que ser un obstáculo. Es una oportunidad para crear tradiciones personalizadas y disfrutarla a vuestra manera.
Vamos a hablar sobre cómo convertir esta temporada en una experiencia más amable, divertida y, por qué no, con un toque único que celebre la neurodiversidad.
También os hablo de la Solidaridad en estas fechas aquí, en este programa de TRECE TV. En concreto, en el minuto 01:02:10 comienza mi intervención, ¡no os lo perdáis!
El desafío navideño: un menú con «demasiados ingredientes»
La Navidad es como una ensalada mixta gigante: cada ingrediente tiene su propio sabor. Pero para muchas personas con TEA o trastornos del neurodesarrollo, todos esos estímulos juntos (luces, música, visitas inesperadas) pueden resultar demasiado intensos.
Si te sientes identificado, aquí hay una buena noticia: no necesitas comerte toda la ensalada navideña de golpe. Puedes elegir solo los «ingredientes» que más te gusten y dejar el resto.
Preparando el terreno: Navidad a medida
-
Anticipar es ganar
¿Sabías que el cerebro ama saber qué va a pasar? Especialmente en el TEA, las rutinas y la predictibilidad son como un refugio. Por eso, ayuda mucho planificar las actividades navideñas con antelación:
- Calendario visual: Si tienes niños, usa un calendario con dibujos para mostrar qué días hay reuniones, qué días se decorará el árbol, etc.
- Tiempo de preparación: Explica con tiempo qué sucederá (por ejemplo, “el 24 vendrán los abuelos, pero si te cansas, puedes ir a tu cuarto”).
-
Ajusta los estímulos sensoriales
Para alguien con sensibilidad sensorial, una típica reunión navideña puede sentirse como un concierto de rock… pero sin los tapones para los oídos.
- Luces: Opta por luces cálidas y evita las que parpadean como si fueran una discoteca.
- Sonidos: ¿Villancicos a todo volumen? Mejor bajarlos o seleccionar canciones más suaves.
- Ropa cómoda: No pasa nada si tu hijo prefiere su camiseta favorita en lugar de un suéter navideño con renos. Lo importante es que esté cómodo.
-
Establece “zonas de descanso”
Un rincón tranquilo puede ser un oasis. Si estás en casa o visitando a alguien, asegúrate de tener un lugar al que tú o tu hijo podáis retiraros si necesitáis un respiro.
Tradiciones navideñas neurodiversas: reinventando las reglas
¿Quién dice que tienes que hacer todo como dicta la tradición? Aquí algunas ideas para crear una Navidad más personalizada:
- Decoración a tu gusto: Si los adornos tradicionales son demasiados, ¿qué tal algo más minimalista? O decora el árbol con objetos que tengan un significado personal, como pequeños juguetes o dibujos.
- Regalos adaptados: Para alguien con TEA, abrir muchos regalos puede ser abrumador. Intenta distribuirlos a lo largo de varios días o convertir la experiencia en un juego relajado.
- Fiestas cortas: ¿Reuniones largas? Mejor planifica encuentros más breves y agradables.
El hiperfoco navideño: el superpoder del TEA
Muchas personas con TEA tienen intereses profundos y específicos. ¿Por qué no convertirlos en el centro de las celebraciones?
- Si a tu hijo le encantan los trenes, ¿por qué no montar un trenecito alrededor del árbol?
- Si le apasionan los dinosaurios, ¿puedes imaginar un Belén lleno de velocirraptores en lugar de ovejas?
Esta es una manera maravillosa de incluir sus intereses en las festividades y de celebrar lo que hace única a esa persona.
Qué hacer si las cosas no salen “perfectas”
Spoiler: no existe una Navidad perfecta. Si algo no va según lo planeado, no pasa nada. Es más, tener un «plan B» o una actitud flexible ayuda mucho.
Por ejemplo:
- Si tu hijo no quiere saludar a los invitados, está bien. Un simple “hola” desde lejos puede ser suficiente.
- Si decides saltarte la cena de Navidad y quedarte en casa viendo películas con palomitas, ¡también es Navidad!
Humor navideño: el ingrediente secreto
La Navidad puede ser estresante, pero también tiene su lado divertido. Si las cosas se ponen tensas, intenta añadir un poco de humor.
- ¿La estrella del árbol quedó torcida? Dile a los niños que es un “árbol moderno”.
- ¿Se quemaron las galletas? Perfecto, ahora son carbón para el trineo de Papá Noel.
Reflexión final: la Navidad a tu manera
La verdadera esencia de la Navidad no está en las luces, ni en los regalos ni en las reuniones multitudinarias. Está en crear momentos significativos para ti y tu familia, respetando las necesidades y ritmos de cada uno.
Así que aquí va mi pregunta para cerrar:
Si pudieras inventar tu propia tradición navideña, completamente a tu manera, ¿cómo sería?
Tal vez esa tradición especial sea lo que convierta esta Navidad en algo inolvidable, no porque siga las reglas, sino porque las rompe para adaptarse a ti.
Espero que este artículo te inspire a vivir unas fiestas a tu ritmo. Si tienes más ideas o historias para compartir, ¡déjalas en los comentarios!.
Recuerda: Sabemos Ayudarte. ¡Feliz Navidad!
Sandra Martínez
Neuropsicóloga