Antes de empezar a leer este blog te voy a pedir que hagamos un ejercicio…
Cierra los ojos y piensa que imagen te evoca la palabra “YOGA”… Eso es todo, así de simple.
Ahora después de abrir los ojos, vamos a ver si lo que te voy a comentar en estas líneas es la realidad o me desvío un poco de ella.
Cuando alguien nos habla de que está practicando yoga, y nunca hemos tenido ningún contacto con estos ejercicios, se nos vendrá a la cabeza la imagen de esa persona sentada mirando al mar con las piernas cruzadas y los brazos apoyados en ellas con las manos formando un círculo con los dedos pulgar-corazón y diciendo “Ohmmmm”… ¿Puede ser esa la imagen evocada cuando hemos dicho de cerrar los ojos?
Bueno, pues si la respuesta es “SÍ”, siento deciros que eso no es así. Si os habéis imaginado lo que voy a escribir a continuación, ¡BRAVO!.
El yoga es una disciplina no solo espiritual, sino también mental y por supuesto física. Claro que cuando estamos practicándola nos ayuda a relajarnos y a conectar con nosotros mismos, pero, además, cuenta con un gran aporte de actividad física, donde se fortalece musculatura, se gana flexibilidad y elasticidad y se queman calorías.
Es una de los deportes más completos que existen, ya que además de poner en forma tu cuerpo, te ayuda a equilibrar tu mente, conectar contigo mismo y llegar a un máximo equilibrio mental y físico.
Por lo que hoy en el día mundial del Yoga, quitemos prejuicios y cultivemos cuerpo y alma realizando una de las prácticas más completas y ancestrales que existe.
Namasté.
LETICIA MARTÍNEZ GARCÍA
Médico Integrativo
Neurofisióloga Clínica