Hoy se celebra el día de una profesión imprescindible para muchos, pero una gran desconocida para otros: la Logopedia.
Se trata de la disciplina de la rama sanitaria que se encarga de prevenir, evaluar e intervenir en las alteraciones de muchas funciones fundamentales para las personas. Se trabaja con las dificultades en el habla, en la voz, en la audición, en el lenguaje, en la comunicación y en las funciones orales. Esta es la definición formal de lo que realizamos los logopedas, pero ¿cómo se traduce esto en la vida real?
Imagina por un segundo que sufres un ictus y de repente cuando quieres hablar, no puedes. Todo el mundo te habla y tú comprendes a la perfección lo que te están diciendo, y en tu cabeza tú sabes lo que quieres decir, pero no eres capaz de hacerlo. Imagina que cuando quieres referirte a algo en concreto, no eres capaz de encontrar esa palabra y dices la contraria. En esas situaciones, afortunadamente existen las intervenciones logopédicas para tratar todos esos problemas que se asocian al habla y al lenguaje.
Supón ahora que eres un profesor o un cantante, y que tu vida profesional depende de tu voz. Pero de repente empiezas a perderla, te das cuenta de que a medida que pasan los días cada vez te cuesta más hablar, siempre tienes la voz ronca y al final te resulta imposible continuar ejerciendo… Los logopedas también rehabilitamos las disfonías y demás problemas asociados con la voz.
Y qué decir de los niños… Algunos necesitan sistemas alternativos o aumentativos de comunicación, y los logopedas podemos implementar su uso y enseñarles a comunicarse. Otros se atascan con algunos sonidos o los confunden, pero también les enseñamos a decirlos correctamente. Para aquellos que tienen dificultades para tragar al ingerir alimentos o líquidos, o los que pierden audición y necesitan aprender a hablar con un implante coclear o con audífonos… Para todo ello y mucho más, estamos aquí.
¡Pon un logopeda en tu vida!
Inés Babío
Psicóloga y Logopeda