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Parecía que no llegaban, pero aquí estamos, volviendo a tener ilusión por unas fechas que, aparte de hacernos creer en la magia, también nos dan vida. Quizá esto no le ocurre a todos, puede que no siempre nos envuelva el espíritu navideño y nos deje disfrutar de esos nuevos comienzos o de juntarnos en la mesa.

Para muchas personas son momentos duros, momentos en los que vemos que se quedan vacíos algunos asientos alrededor de la mesa, de aquellas personas que se marcharon algún día y que, sin
embargo, te acuerdas todos los días. Y no solo las que se esconden detrás de las estrellas, sino que hay personas a las que echamos de nuestra vida porque ya no aportaban nada u otras que se fueron sin avisar. Es en esta época cuando más notamos las ausencias, los huecos y los agujeros negros.

Aún así, aunque cada Navidad sea diferente, siempre podremos encontrar un motivo para recordar y sonreír.

Hay una tendencia a asociar la Navidad con el hecho de consumir y la publicidad fomenta dicha tendencia. Por ello, aquellos que carecen de ciertos bienes pueden llegar a frustrarse por no poder
permitirse la mejor muñeca, la mejor colonia o la mejor cena de Nochebuena para sus seres queridos. Es por este motivo que muchas veces el significado que tienen estas fechas y nuestras propias expectativas pueden hacer que nos angustiemos, anticipándonos a la Navidad.

A pesar de todo esto, si en algo coincidimos, es en que hay que dejarnos sentir y permitirnos tanto las lágrimas como las sonrisas. Permitámonos brindar con los ojos llorosos, si es lo que necesitamos. Quizá, a medida que crecemos, vamos viendo la Navidad desde otra perspectiva y comprendemos que es lógico que dejemos de sentir el mismo nervio o la misma tensión ante un 5 de Enero o un 24 de Diciembre. A pesar de ello, ver todo esto desde otra mirada, viendo cómo la gente disfruta y aprovecha esta época para dar lo mejor de sí, también es mágico.

Este año han pasado muchas cosas, algunas buenas y otras no tanto. Este 2022 ha tenido subidas, derrapes y también choques. Hemos crecido, aprendido y luchado. Ha sido un año cargado de experiencias y, aunque hayamos sentido ese nudo en el estómago, no hemos tenido miedo de vivir.

Por todo esto, 2023, quiero decirte que he aprendido que el tiempo vuela y que quiero aprovecharlo al máximo. Espero con tu llegada poder poner en práctica lo que he aprendido estos meses: dar importancia a las emociones, priorizarme para nunca dejar de ser yo y estar dispuesta a vivir miles de momentos para coleccionar. En resumen, confío en que seas bueno, que los dos sabemos que todos nos merecemos ser felices.

 

Sara Villafranca

Psicóloga

Sara Villafranca

Psicóloga