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Introducción

La teoría polivagal, propuesta por el Dr. Stephen Porges en la década de 1990, ha transformado nuestra comprensión de la relación entre el sistema nervioso autónomo y la salud mental y física. Esta teoría nos proporciona una visión más detallada de cómo el nervio vago, una parte fundamental del sistema nervioso autónomo, regula nuestras respuestas fisiológicas y emocionales al estrés y al peligro. A lo largo de esta entrada de blog, se hablará de la aplicación de la teoría polivagal en la práctica clínica, centrándose en la utilidad de esta teoría para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de trastornos de salud mental y física. Además, se presentarán ejemplos y datos que respaldan la teoría polivagal y se discutirán posibles avances futuros y nuevas perspectivas en este campo.

Fundamentos de la teoría polivagal

La teoría polivagal sugiere que el nervio vago, que se extiende desde el tronco encefálico hasta los órganos internos, se compone de dos ramas distintas: la rama ventral y la rama dorsal. La rama ventral se asocia principalmente con la regulación de las funciones cardíacas y respiratorias, mientras que la rama dorsal se relaciona con la regulación de las funciones viscerales, como la digestión y la eliminación de desechos.

Porges (2007) propuso que el nervio vago se puede dividir en tres sistemas jerárquicos, que son responsables de diferentes respuestas fisiológicas y emocionales:

1. El sistema de enganche social, mediado por la rama ventral del nervio vago, que promueve la calma y la conexión social.

2. El sistema de movilización, asociado con la activación del sistema nervioso simpático, que prepara al cuerpo para la acción y la defensa en caso de amenaza.

3. El sistema de inmovilización, mediado por la rama dorsal del nervio vago, que induce respuestas de congelamiento o desmayo ante situaciones de peligro extremo o inescapable.

La teoría polivagal sugiere que el estado fisiológico y emocional de una persona en un momento dado se basa en la interacción de estos tres sistemas, y que el sistema predominante en un momento dado influirá en cómo se experimentan y expresan las emociones.

Aplicaciones clínicas de la teoría polivagal

La teoría polivagal ha demostrado ser útil en la práctica clínica para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de una variedad de trastornos de salud mental y física. A continuación, se presentan algunas aplicaciones clínicas significativas de la teoría polivagal.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

La teoría polivagal ha sido particularmente influyente en la comprensión y el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT). El TEPT se caracteriza por síntomas como la reexperimentación de eventos traumáticos, la evitación de estímulos relacionados con el trauma y la hiperexcitabilidad (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013). Investigaciones han encontrado que las personas con TEPT tienden a mostrar una menor actividad de la rama ventral del nervio vago y una mayor actividad del sistema nervioso simpático. Esto sugiere que las personas con TEPT pueden tener dificultades para activar el sistema de enganche social y regular sus respuestas al estrés de manera adaptativa.

En el contexto del tratamiento, la teoría polivagal ha informado el desarrollo de intervenciones como la terapia de exposición al trauma y la terapia de procesamiento cognitivo, que se centran en ayudar a los pacientes a desarrollar habilidades de regulación emocional y a volver a conectarse con su sistema de enganche social. Estas intervenciones han demostrado ser altamente efectivas para reducir los síntomas del TEPT.

Trastornos del estado de ánimo y ansiedad

La teoría polivagal también ha sido aplicada en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del estado de ánimo y ansiedad. Por ejemplo, investigaciones han encontrado una relación entre la baja actividad del nervio vago y la depresión, lo que sugiere que las personas con depresión pueden tener dificultades para activar su sistema de enganche social. Del mismo modo, en los trastornos de ansiedad, los estudios han encontrado una mayor actividad simpática y una menor actividad vagal, lo que indica una posible disfunción en la capacidad de regular el estrés y mantener la homeostasis.

En términos de tratamiento, la teoría polivagal ha informado el desarrollo de intervenciones basadas en la atención plena y la biofeedback cardíaco, que tienen como objetivo mejorar la función del nervio vago y aumentar la resiliencia al estrés. Estas intervenciones han demostrado ser efectivas para reducir los síntomas de ansiedad y mejorar la calidad de vida en pacientes con trastornos del estado de ánimo.

Trastornos del espectro autista (TEA)

La teoría polivagal también ha sido aplicada en la investigación y tratamiento de trastornos del espectro autista (TEA). Estudios han encontrado que los niños y adultos con TEA tienden a mostrar una menor actividad de la rama ventral del nervio vago y una mayor actividad simpática en comparación con los individuos neurotípicos. Esto sugiere que las personas con TEA pueden tener dificultades para activar su sistema de enganche social y regular sus respuestas emocionales de manera adaptativa.

En el tratamiento, la teoría polivagal ha informado enfoques terapéuticos como la terapia de relación de desarrollo (Greenspan y Wieder, 2006) y la terapia de integración sensorial (Ayres, 2005), que tienen como objetivo mejorar la función del nervio vago y aumentar la capacidad de los individuos con TEA para conectarse socialmente y regular sus emociones. Estas intervenciones han demostrado ser prometedoras en la mejora de los síntomas del TEA y en la promoción del funcionamiento adaptativo.

Conclusión

La teoría polivagal ha demostrado ser una herramienta valiosa en la práctica clínica, proporcionando una mayor comprensión de cómo el sistema nervioso autónomo regula nuestras respuestas emocionales y fisiológicas al estrés y al peligro. Esta teoría ha informado el desarrollo de intervenciones terapéuticas efectivas para trastornos de salud mental y física, como el TEPT, trastornos del estado de ánimo y ansiedad, y TEA.

En el futuro, la investigación en esta área podría enfocarse en desarrollar nuevas intervenciones basadas en la teoría polivagal y en explorar cómo la función del nervio vago puede ser modulada farmacológicamente. Además, se podrían realizar estudios longitudinales para examinar cómo las intervenciones basadas en la teoría polivagal pueden prevenir el desarrollo de trastornos de salud mental y física en poblaciones en riesgo. A medida que nuestra comprensión de la teoría polivagal continúa avanzando, es probable que sigamos viendo importantes avances en la práctica clínica y en la promoción de la salud y el bienestar.

 

Irene Candelas

Psicóloga Familiar

Irene Candelas

Psicóloga